Es Tiempo de Elegir

El futuro presidente, que contribuyó con su famoso discurso televisado “Es Tiempo de Elegir” para Goldwater durante los días de su campaña, emergería como el heredero ideológico del candidato derrotado. Ronald Reagan escribió en la edición del 1 de diciembre de 1964 del National Review: “la inmensa mayoría no votó contra la filosofía conservadora, votaron contra una imagen falsa que nuestros opositores liberales montaron con éxito” (Middendorf II, 2006:164).

El discurso pronunciado ante la Convención Nacional Republicana fue la única respuesta certera a la campaña de desprestigio contra Goldwater. Rescatamos siete puntos relevantes:

1. La idea que el gobierno se debe al pueblo, que no tiene otra fuente de poder, es todavía la más moderna y original en toda la larga historia de las relaciones del hombre con el hombre.

2. Ese es el tema de estas elecciones: Si creemos en nuestra capacidad para el autogobierno o si abandonamos la revolución americana y confesamos que una pequeña élite intelectual, en una capital distante, puede planear nuestras vidas por nosotros mejor de lo que nosotros mismos podemos hacerlo.

3. A ustedes y a mí nos han dicho cada vez más que debemos escoger entre izquierda y derecha, pero me gustaría sugerir que no hay tal cosa como izquierda ni derecha. Sólo arriba y abajo. Arriba está el antiguo sueño del hombre de la máxima libertad definitiva compatible con la ley y el orden, y abajo el hormiguero del totalitarismo. Sin poner en duda su sinceridad, sus motivos humanitarios, aquellos que sacrificarían la libertad por la seguridad se han embarcado en ese camino descendente. Plutarco advirtió: “El verdadero destructor de las libertades del pueblo es aquel que reparte botines, donaciones y regalos”…

4. Los servidores públicos dicen siempre con la mejor de las intenciones: “Que gran servicio podríamos prestar si tan sólo tuviéramos un poco más de dinero y un poco más de poder”. Pero la verdad es que fuera de su función legítima, el gobierno no hace nada tan bien y tan económicamente como el sector privado…

5. Si todo esto parece demasiado, piensen en lo que está en juego. Tenemos enfrente al peor enemigo que la humanidad ha conocido en su largo camino desde los pantanos hasta las estrellas. No puede haber seguridad en ningún lugar del mundo libre si no hay estabilidad fiscal y económica dentro de los Estados Unidos. Aquellos que nos piden negociar nuestra libertad por las dadivas del estado benefactor son los arquitectos de una política acomodaticia.

6. Ellos dicen que el mundo se ha vuelto demasiado complejo para tener respuestas simples. Están equivocados. Hay respuestas simples, pero no son siempre fáciles. Winston Churchill dijo: “El destino del hombre no se mide por cálculos materiales. Cuando las grandes fuerzas se mueven en el mundo, es cuando averiguamos que somos espíritu, no animales”. Y también dijo que “hay algo sucediendo en este tiempo y espacio, y más allá del tiempo y del espacio que, lo queramos o no, se deletrea deber”.

7. Tenemos un encuentro con el destino. Debemos preservar para nuestros hijos la última gran esperanza del hombre en la tierra, o les sentenciaremos a tomar el primer paso dentro de miles de años de oscuridad. Si fracasamos, al menos nuestros hijos y nietos dirán de nosotros que justificamos nuestro breve paso por este mundo. Y podremos decir que hicimos todo lo que podía hacerse.