“Cinco… cuatro… tres… dos… uno… cero…: un spot icónico e infame”

Las campaña negativas en comunicación política tiene su origen con el anuncio más famoso en la historia de la propaganda electoral, la Niña de la Paz mejor conocido por su el título no oficial como el Daisy Spot. (Worsnop, 1968: 360-384).

El Daisy Spot es el primero en su género, su estructura narrativa es una obra maestra; se presenta a una pequeñita quitando los pétalos de una margarita en un campo mientras cuenta de manera progresiva del uno hasta el diez momentos antes que una voz superpuesta adulta de un militar “siniestro” intercepte la cuenta de manera descendente, el primer plano de la niña se va acercando hasta su ojo y se disuelve a la imagen de la explosión atómica con la nube en forma de hongo –recuperada de Hiroshima y Nagasaki (
Redondo y Asociados (2009) Se estima que en el primer ataque murieron en Hiroshima 140.000 personas y en el segundo, tres días después en Nagasaki, fallecieron otras 70.000. Lo nuclear no ha dejado de ser un arma política. Actualmente hay “cinco estados nuclearmente armados” según el Tratado de No Proliferación: EE.UU, Reino Unido, Rusia, Francia y China. India, Pakistán, Corea del Norte e Israel podrían también tener armas nucleares, aunque no se ha reconocido oficialmente. Sudáfrica, Bielorrusia, Kazajistán, Ucrania, España, Argentina, Australia, Brasil, Egipto, la Alemania nazi, Japón, Libia, Polonia, Rumanía, Corea del Sur, Suecia, Suiza, Taiwán o Yugoslavia tuvieron en diferentes etapas programas nucleares).

Se escucha una ráfaga atómica y las palabras de Johnson: Éste es el reto -hacer un mundo en el cual los niños de Dios puedan vivir, o entrar en la oscuridad. Debemos o amarnos, o debemos morir y el cierre con el slogan de campaña en voz de un locutor: Vote por Johnson para presidente este 3 de noviembre. El reto es demasiado importante para que usted permanezca en casa.

La Niña de la Paz o Daisy Spot, Lyndon B. Johnson (1964).

El anuncio televisivo –que nunca identifica su blanco de manera directa, pero que está firmado por el Comité de Campaña Demócrata– fue dirigido para reforzar la opinión de que Barry M. Goldwater, no podía confiársele ser Presidente y poner su dedo sobre en el botón de la bomba atómica, juega con el miedo del electorado sobre la calamidad apocalíptica. La súplica emocional del Daisy Spot capitalizó el miedo contra las posiciones de Goldwater sobre política exterior, yuxtaponiendo la inocencia de la niñez con el protocolo y el horror de la guerra. La simplicidad del mensaje lo hizo eficaz porque ocurrió a menos de dos años después de la crisis de los misiles cubanos y a tres años de la crisis de Berlín en la cual el Presidente Kennedy había confundido a los norteamericanos con sus observaciones en la importancia de la defensa civil (Reeves, 1993:204).

En otras palabras, el “fin del mundo” no era un concepto abstracto durante este período de la Guerra Fría, realmente era una posibilidad.

Aunque los demócratas contrataron y pagaron por su difusión una sola vez, durante la película de la NBC, David y Betsabé, el lunes 7 de septiembre de 1964, (Jamieson, 1984:200) por la controversia que causó lo llevó a ser reproducido en su totalidad en las noticias de ABC y CBS, en los programas de comentarios, y que la Niña de la Paz apareciera en la portada de la Revista Time.

Los anuncios políticos fueron transformados a partir del Daisy Spot, “una película de horror en miniatura que fue usada para ligar al candidato republicano a la presidencia, Barry Goldwater con la amenaza del holocausto nuclear… el anuncio ampliamente demostró cómo un anuncio político puede afectar al televidente emocionalmente.”(Newcomb, 2004:29).

El co-creador del anuncio, Tony Schwartz, sostuvo que el anuncio en absoluto fuese negativo, por el contrario es “el anuncio publicitario más positivo que se haya hecho jamás”, discutido para presionar sobre materia de la guerra nuclear. El nombre de Goldwater nunca se menciona en el anuncio. Sin embargo, fueron las declaraciones Goldwater sobre el uso táctico de las armas nucleares que hicieron el anuncio tuviera vida, (Geer, 2006).